Agustinas Descalzas
Somos una familia que busca a Cristo.
Comienza la aventura
Conociendo el fervor de Santa Teresa de Jesús y entusiasmado por su recién reformado estilo de vida, San Juan de Ribera (Arzobispo de Valencia) deseó se hiciese en su diócesis un monasterio de Carmelitas Descalzas, pero no pudo ser. Dios tenía reservado una sorpresa. Fundó una orden femenina de vida íntegramente contemplativa a las que llamó Agustinas Descalzas en Alcoy (Alicante): la casa madre y año de 1597. La primera comunidad la conformaban religiosas que procedían de las Agustinas Canonesas y las Carmelitas Descalzas (Valencia), a la cabeza de la cual estaba sor Dorotea de la Cruz.
“Ahora comenzamos, y procuren ir comenzando siempre de bien en mejor”
Santa Teresa de JesúsDoctora de la Iglesia
Aquella primera casa tenía una misión especial: amar a Jesús Sacramentado por todos los que no le aman, en el mismo sitio donde había sido profanado. Pero las dotó de una pincelada singular, ellas guardarían la Regla de San Agustín y las constituciones de la Santa de Ávila. Durante el siglo XVII la orden se extenderá a hasta llegar al número de nueve conventos.
Fotos: Monasterio de Alcoy, primero de la Orden.
Entre los hermanos Tudela y Juan de Ribera proyectaron una nueva fundación de Agustinas Descalzas, esta vez en la villa de Benigánim. El santo Obispo, no pudo ver con vida el monasterio, pero se consiguieron las licencias y sortearon los obstáculos para fundarlo.
El 11 de junio del año del Señor de 1611, se celebró una solemne procesión que trasladaba al Santísimo Sacramento desde la parroquia (actual iglesia de la Sangre), hasta el convento. Repletas las calles de autoridades locales, clero parroquial, fieles y religiosas se fundaba oficialmente el monasterio. Terminado el desfile, se puso la clausura papal en el convento de la Purísima y San José. El título de la Purísima respetaba la primitiva advocación del templo, mientras que la de san José se añadió como también el nombre de la Beata Inés a fines del siglo XIX. La comunidad fundadora (cinco monjas) provenía del monasterio reformado de la misma orden (Santa Úrsula, Valencia). Un día después de la inauguración oficial entró la primera postulante del pueblo, era bailarina y le llamaban la «monjita guapa».
Fotos: Monasterio antes de la Guerra y de la segunda mitad del s. XX.
De todas las la peripecias históricas en las que ha participado el monasterio, pasando por intentos de asaltos a manos de bandoleros (1864), amenazas de expulsión (1868 tras la revolución «La gloriosa») la que más daño causó al patrimonio histórico fue la Guerra Civil. No solo quemó gran parte del monasterio, claustro, sino archivos y se llevó a un paradero, que hasta el día de hoy se desconoce el cuerpo de la Beata. Esa fué la peor pérdida para el monasterio además de la vida de una de sus religiosas (M. sor Josefa María de la Purificación, hoy beata). Hoy dentro de la urna además de una reliquia y la ropa que vestía el día que desapareció adorna el sepulcro una imagen de cera.
Dios se sirvió de la devoción popular para restaurar lo que la guerra dañó. Gracias a devotos (Ej: Doña Antonia) la vida regular y material del monasterio se fue recuperando después de la guerra.7
Fotos: Doña Antonia y Altar de la Iglesia monacal.
- Madre Catalina de la Santísima Trinidad: nos hablan que gozó experiencias místicas y de un gran amor a Jesucristo.
- Sor Francisca de la Concepción: protagonizó experiencias místicas y gozó de fama de santidad. Fué la primera profesa de Benigànim, apodada la monjita guapa, que antes de su ingreso en religión se había ganado fama de bailarina.
- Sor Ana de san Agustín y Encarnación de santa Ana: ambas de Benigànim y que profesaron el año de la fundación. La última fue un asombro de penitencia y la primera muy fervorosa de la Eucaristía experimento como se abría el sagrario milagrosamente.
- Madre Leocadia de los Ángeles: fue priora por treinta años (ella recibió a la Beata Inés). Indican que su gobierno fue ejemplar. Fue muy favorecida del cielo recibiendo señalados favores hasta su muerte acontecida en 1642.
- Beata sor Josefa María de santa Inés: la beateta más querida del levante español.
- Beata Madre Josefa María de la Purificación: fué priora y maestra de novicias en el monasterio, mártir en la guerra civil y martirizada junto a su madre y hermanas en Algemesí. Quiso quedarse a defender el monasterio durante la violencia anticlerical de 1956. Hoy es beata.
Hoy
Hoy, como desde su fundación, el monasterio de Benigánim, lo habitan las hijas de San Juan de Ribera (Agustinas Descalzas), en una oración ininterrumpida que dura ya más de cuatro siglos.
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Canal del monasterio, Agustinas Descalzas, Benigánim.
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