Crónica de la fiesta de la Beata Inés.

Benigànim, enero de 2021.

La parte mejor es la más auténtica, la genuina, la que de verdad es el motor de todo, aunque no se la vea. El Evangelio que proclamamos en Benigànim el día de la Beata lo dice; cuando Marta se queja al Señor de que su hermana María no la ayude en sus tareas, Jesús lo deja claro. María ha escogido la parte mejor, y esa nadie se la puede quitar.

Más que elegirla, nos ha venido impuesta. Este año la pandemia nos ha obligado a quedarnos en casa, a no poder festejar según nuestra costumbre la memoria de la Beata. A cambio, nos ha dado la oportunidad de considerar este pasaje evangélico, que parecía escogido particularmente para este año, y así considerar lo profundo, el auténtico significado de lo que cada año celebramos.

La Novena se realizó con aforo limitado del 12 al 20 de enero. Como Benigànim estaba confinado perimetralmente este año no llegó ningún predicador. El honor de cantar las glorias de la Beata recayó nuevamente, y por segundo año consecutivo, en el párroco de Benigànim, don Antonio Martínez López.

Don Antonio realizaba cada día dos veces la Novena. Por la mañana en la Iglesia Parroquial, con mayor aforo, y un altar bellamente decorado por él mismo con una imagen de la Beata venerando al auténtico Redonet -una de las auténticas reliquias de la Beata-. Por la tarde volvía a rezar el Santo Rosario y la Novena y a celebrar la Eucaristía en la Iglesia de las Agustinas Descalzas, terminando con el canto de los Gozos ante el sepulcro de la Beata Inés. Este año los festeros de la Beata y la Comunidad de religiosas hicieron un gran esfuerzo para que la Novena y Misa del día de la fiesta fueran retransmitidas por la televisión Comarcal. Ésta fue una iniciativa de mucho éxito pues no solo en los hogares de Benigànim, sino en los de otras comarcas valencianas pudo seguirse el novenario y a la vez garantizar las medidas impuestas por las autoridades sanitarias. Además internet permitió también a través de You Tube y Facebook seguir las celebraciones, que en una de estas redes sociales contaba cada día con más de mil visualizaciones y numerosos comentarios de seguidores agradecidos por poder participar en la distancia.

El jueves 21 de enero, día de la Beata Inés, los balcones de Benigànim amanecieron, como desde el confinamiento del pasado marzo, adornados con imágenes de la Beata. Se celebraron misas en la Iglesia conventual a las siete, nueve y once y media de la mañana y otra vespertina en la iglesia parroquial a las siete y media. Los beniganenses sintieron profundamente no haber podido celebrar a la Beata ruidosamente y las redes sociales se vieron inundadas de mensajes e imágenes que daban a entender el sentimiento que aquella jornada compartían vecinos y devotos de la Beata Inés.

Dadas las circunstancias las iniciativas que este año podían llevarse a cabo eran muy limitadas, pero algunas se efectuaron. Por su parte las religiosas expusieron en la Capilla de las Venerables de la Orden, que tienen en su iglesia, el óleo que el pintor Viladomat hizo en el siglo XVIII representando una visión de Cristo a la Beata. La pieza ha sido donada a las religiosas recientemente por los marqueses de Jaureguízar que lo adquirieron en una subasta. Éstos han querido cederlo para que se custodie en la casa de la Beata para disfrute de todos los devotos y por ello las religiosas lo han expuesto estos días en la Iglesia ya que lo tenían en una sala de la Casa Recuerdos que ahora, a causa de la pandemia, está cerrada. Como este año tampoco se podía celebrar la procesión ni repartir las acostumbradas estampas se ha hecho una online con una imagen de la aparición a la Beata de Jesús como peregrino, con una oración en forma de poema.

En Benigànim aquel día fue, como siempre, fiesta. La principal de todas las fiestas. La más alegre y bulliciosa. Pero este año la alegría fue íntima, fue silenciosa, fue sincera. Se quedó en ese recuerdo, en esa oración, en ese gesto agradecido, es esa mirada que cada uno echó hacia el cielo buscando la sonrisa cómplice de la Beata.